Hubo un intercambio de correos con él y su asistente respecto a las traducciones y corregimos un par de cosas que quedaban mejor como sugerían. Enviamos de nuevo los archivos.
Una mañana en la oficina, el teléfono sonaba y el identificador de llamadas marcaba un número desconocido que empezaba con el símbolo +, lo cual significaba que era una llamada desde el extranjero. Del otro lado de la bocina, la voz de Barbet Schroeder solicitaba hablar conmigo para aclarar algunas cosas de las traducciones.
Me dieron el teléfono y en perfecto español me dijo: "llamé porque quiero colaborar con el traductor".
La situación no era fácil porque eran dos películas traducidas por personas diferentes, una desde el inglés y otra del francés y los traductores no estaban ahí. Así que el balón ya estaba en nuestra cancha y debíamos jugarlo bien.
Durante toda la llamada Barbet hizo la aclaración que él era un "colaborador" y que de ninguna manera quería imponer una decisión. Los cambios eran mínimos, pero él quería estar seguro que el texto decía lo que él había querido decir.
Cambiaríamos palabras como: "alberca" por "piscina" porque no conocía la primera. Sin embargo, antes de que la cambiáramos quiso una explicación del significado, supongo para agregarlo a su léxico en español. Me dijo que una vez entendido como sinónimo de piscina no era necesario cambiarla.
-Si eso significa, no lo cambies.
-Pero quizá se escucha y en este caso se lee mejor como tú dices.
-Sólo soy un colaborador, llamé para ayudar, no necesitas darme la razón.
-Está bien, dejaremos "alberca".
Toda la llamada lo tuteé, pienso contrario a las reglas que nos han enseñado del respeto, que hablarle de tú a alguien a quien respetas, admiras, a alguien mayor que tú, produce una comunicación más fluida y con la confianza suficiente para decir las cosas directamente, se elimina esa frontera impuesta por el "usted".
Al final me preguntó si estaríamos en Morelia para saludarnos al menos. No coincidimos, pero atesoro esa llamada como uno de los momentos más increíbles que me han pasado en el subtitulaje y con mucho cariño hacia un director preocupado totalmente por su público, me parece un gesto admirable de sencillez y de humildad.
Al final, todos quedamos satisfechos con el resultado, y desde nuestra pequeña oficina agradecemos la gran colaboración de Barbet, porque el que se haya involucrado en este proceso nos enseña a aceptar críticas sobre nuestro trabajo y a valorar cada diálogo, cada palabra con su justo significado y dimensión.
Azucena Benavides
Co-directora y coordinadora de subtitulaje en Say the SAME Subtitles