Pero lo que más recuerdo ahora, es la vez que te encontramos en El escudo, la panadería que está en la glorieta del Parque de los venados. Cuando íbamos para allá Paco y yo, platicábamos sobre Los Herederos y recordábamos cómo te habías indignado porque las exhibidoras le habían dado muy pocos espacios y que llegando el lunes después del estreno, ya no respetaron el de por sí injusto acuerdo que había. Increíble encontrarte ahí adentro, como si te invocáramos.
Esa noche, Milena y tú, Paco y yo, salimos a comprar pan a la misma hora, al mismo lugar, y platicamos tanto tiempo que cuando nos dimos cuenta Milena ya había mordisqueado como siete panes, Paco diría que cinco, porque siempre exagero, pero eran muchos, más de los que pensabas comprar, más de los que ella podía comer. Sin embargo, no importaba el tiempo en la panadería, ni haber estorbado un poco a quienes iban a comprar, no importaba que Milena probara todos, al final los pagarías. Lo que importaba realmente era ponernos al día, platicar de tu próxima película, tus próximos planes, los nuestros, nuestras vidas. No he conocido a otro director de cine tan sencillo como tú, sin poses, siempre tan humano, que te preguntaba cómo estabas y realmente le importaba, y sabíamos que cada que te encontráramos, nos saludaríamos como siempre y nos pondríamos al corriente de nuestras vidas, y nuestros trabajos. Como la vez de la panadería, que después de haber estado tanto tiempo platicando adentro, cuando por fin salimos, seguimos platicando mucho tiempo más, podríamos haber seguido hablando por horas, quizá no queríamos despedirnos.
Ahora es tiempo de despedirse, aunque estoy segura, te recordaremos a ti y a tus películas todo el tiempo. Adiós querido Eugenio.
AZUCENA BENAVIDES
Co-directora y coordinadora de subtitulaje en Say the SAME Subtitles