Hace unos días, recibí un mensaje de mi madre diciendo que había ido al cine con una amiga en São Paulo. Habían visto una película mexicana y para su sorpresa vio mi nombre en el crédito de la traducción.
-La película se llamaba, Irmãs malditas.
-Hermanas malditas. No me suena...
-Con esa actriz mexicana famosa, sobre las gemelas.
-¡La otra! Claro, con Dolores del Río de Roberto Gavaldón.
Automáticamente me acordé de todo el proceso. En 2014, en Say the Same me encargaron la traducción al portugués de algunos clásicos mexicanos para la Cineteca Nacional. Un trabajo que disfruté mucho porque acabé por acercarme a la época de oro del cine mexicano con otro ojo, valorando los diálogos escritos con exactitud, a veces un tanto fabricados, pero muy apreciados cuando se trata de traducirlos.
Pregunté en dónde iban a pasar esas películas en Brasil, y me dijeron en algún festival pero que no les habían dicho exactamente cuál.
Dos años después ahí están como parte de una muestra de cine negro y cine de divas en el 11 Festival de Cinema Latinoamericano de São Paulo. Me dio mucho gusto saberlo: uno, porque las pasaron en una de mis salas de cine favoritas, el CineSesc. Dos, porque mi acercamiento con México empezó justamente en la primera edición de ese mismo festival donde trabajé hace diez años.
Esos puentes que construimos lentamente entre el gigante latino del norte y su homólogo sureño parecen dar frutos, y cada vez sabemos un poco más unos de los otros gracias a ese flujo de imágenes en movimiento.
Aunque no conozcamos el camino estrictamente recorrido por las traducciones y los subtítulos, intuimos que las palabras sí aterrizan en algún lado y lo mejor es cuando encuentran a su más evidente y fundamental punto de llegada, o sea, el público.
Y cuando en ese público está tu madre, bueno, eso ya es otra historia...
Carolina Elias
Traductora y proyeccionista de subtitulaje en Say the SAME Subtitles.